27 de septiembre de 2010

El que es uno por Daniel Gaguine

De Jon Fosse. Traducción: Luis Cano y Analía Fedra García. Con Fabiana Falcón, María Eugenia López, Horacio Marassi, Verónica Mayorga, Sebastián Raffa y Alfredo Staffolani. Escenografía: Jose Daniel Menossi. Diseño de luces: Marco Pastorino. Música original: Gustavo García Mendy. Fotografía: Nestor Barbitta. Diseño gráfico: Laura Rovito. Asistencia de dirección: Sofia Alberro. Producción: Luis Cano. Dirección: Analía Fedra García

Teatro La Carbonera. Balcarce 998. Viernes, 23 hs.

En ocasiones, transpolar una obra escrita en otro país al contexto argentino suele ser un tema difícil de abordar. Más que nada por la idiosincrasia de nuestro país que no es similar a aquél en donde fue generado el objeto teatral. En este caso, la historia resiste ese traspaso gracias a la traducción realizada asi como en la dirección de actores. El texto se construye a partir de diálogos esquematizados por frases cortas. Bea vuelve a la casa de sus padres, embarazada y con un novio a cuestas que, por su hibridez y falta de compromiso por todo, es una fuerte metáfora a ciertos jóvenes desangelados de las sociedades modernas. La vuelta a “la casita de los viejos” también acarrea el reencuentro con Bjarne, un viejo amor de Bea. Casualmente (o no) estos dos son los únicos que tienen nombre propio en la obra, sentando las bases que cualquiera podría ocupar cualquier rol salvo ellos dos, por tener nombre. Este como identidad mientras a la nebulosa que puede ocupar el “rango” de los otros, como los de madre, padre, hermana, novio o incluso “bebe”. La puesta tiene una escenografía austera y versátil para que el desenvolvimiento de actuaciones exactas respecto a lo que se pide. La esquematización de ideas y la reiteración de diálogos es fundamental en la construcción de sentido aunque a alguno no pueda ver este “detalle”. La música y el trabajo de sonido, con pinceladas en las escenas, otorgan un clima neutro y atrapante. “El Nombre” no es una obra fácil para ver en tanto su estructura tal como hemos mencionado pero vale la pena adentrarse en un mundo no tan lejano y en el cual, con la adición de aditamentos propios, se puede elaborar un todo por demás cercano, familiar y para nada, regocijante.

http://elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com/2010/09/el-nombre-teatro.html

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